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febrero 23, 2023
La Recompensa Del Tiempo
– Diamantes corte brillante
La Recompensa del Tiempo
Desde un principio, la naturaleza ha otorgado frutos que, con el paso de los años se han convertido en exquisitos placeres de la vida para el deleite sensorial y emocional de la sociedad. Disfrutar del buen vino en una cena, de un whisky en una charla con amigos o de un diamante como joya y símbolo de elegancia, son algunos de esos placeres que el tiempo nos ha obsequiado.
Descubierto hace millones de años, el diamante ha sido una de las piedras preciosas más apetecidas en la historia. Su pureza, brillo y fortaleza lo han convertido en símbolo de prestigio, lujo y exclusividad, dándole así un alto valor representativo. La difícil obtención del diamante se le atribuye a su complejo proceso de obtención, donde el tiempo es considerado como una de las condiciones más específicas para su formación en la tierra.
En su gran mayoría, los diamantes que todavía hoy día se extraen, fueron creados en la primera etapa de la historia de la tierra y tardaron entre millones y billones de años para formarse en extremas profundidades del planeta. Gracias a su fortaleza y resistencia, el diamante es catalogado como la piedra natural más duradera en el tiempo.
Al igual que en los diamantes, el tiempo juega el mismo rol en la elaboración del vino y el whisky. En el añejamiento de los procesos de elaboración, estas sustancias maduran su color, aroma y sabor para entregar la sensación más agradable y exquisita al paladar. Por un lado, una vez se completa el proceso de fermentación y crianza en barril, con el pasar de los años, el vino transforma sus cualidades y desarrolla gradualmente un sabor peculiar, que de igual forma podrá variar al mezclarse con otros vinos para producir un estilo específico.
Así mismo, el whisky es una bebida espirituosa cuyo resultado final depende en gran medida del tiempo, donde el proceso de maduración puede llevar desde un año hasta varias décadas, según el tipo de whisky que se produzca. Esto junto con algunos otros factores, influirá en los matices aromáticos, la frescura y el color del resultado final, logrando así la mezcla ideal.
Es así como los diamantes, el vino y el whisky se han convertido en un símbolo de estatus y atemporalidad en la sociedad. Pues al ser tres elementos de alta complejidad, cuentan en común con el mismo y principal responsable de exaltar al máximo las características esenciales que hacen de ellos, más que objetos, símbolos de altísima calidad; el tiempo.