Muchas veces se cree que el peso y el color de una esmeralda son los factores de mayor importancia, no obstante, el corte es igual de importante, pues también influye en la presentación final de cada piedra.

Usualmente, la mayoría de las esmeraldas colombianas se cortan en forma octagonal; forma que dio origen al llamado “corte esmeralda” de las piedras preciosas. Este corte se presentó en el periodo Art Decó, y se estandarizó en la década de 1940.   

En la joyería, el corte de la esmeralda es uno de los factores más importantes al momento de crear la joya, pues el diseño de la misma depende de esto. En caso de que la joya se acompañe de otras piedras (como diamantes) además de esmeraldas, el corte de las piedras debe siempre estar en armonía y complementarse entre sí. El corte también es crucial al momento de emparejar piedras o incluso hacer colecciones completas, las piedras deben ser proporcionalmente similares una a otra de modo que al ser engastadas se refleje el equilibrio entre sí.  

Hoy en día, la gran mayoría de las esmeraldas todavía se cortan y se pulen a mano; sólo los cortadores más hábiles pueden identificar el corte y el pulido que mejor destacarán las cualidades de una gema en bruto, pues la calidad del corte determinará en parte el valor final de cada piedra. Es por esto que en ocasiones una esmeralda colombiana de buena calidad; fácilmente puede valer más que un diamante por cada quilate equivalente en peso. 

Finalmente, el corte de una esmeralda es un aspecto de real importancia, pues no solo define la forma de cada piedra, sino también influye en el peso final, color y brillo de la gema.